Todos los niños del mundo
saben que en su corazón
late el diamante más puro
que es un imán tierno directo hacia el sol.
Todos los niños del mundo
tienen alas hacia el sol.

Cada lágrima es un río
que brota en la humanidad
el dolor es el testigo
que marchita hondo a tanta frialdad.
Cada lágrima es un río
ante tanta impiedad

No a vendarme los ojos
No a enceguecerme
frente a la verdad
No hacerme de oídos sordos
Cantar lo que hay que cantar.

No a irme con la corriente
No a esconder lo qué hay que alumbrar
No a esquivar el presente
Andar por donde hay que andar

Todos los niños del mundo
Todos los niños del mundo
Todos los niños del mundo